sábado, 26 de marzo de 2016

Muletas y decepciones Vol.2: La soledad no nos trata bien.

Sí. Vivo en una "edad del pavo" constante porque cuando tuve edad para hacerlo no pude vivirlo. 

Quizá me adelante muchas veces a los acontecimientos y digo cosas sin pensar en el daño que puedo hacer, pero nunca con mala intención. Supongo que es un rasgo de espontaneidad que poseo, y muchas veces sale cuando no sé muy bien qué decir. Cuando tengo que medir mis palabras porque, ignorante de mí, no sé cómo puede reaccionar el otro individuo. 

Sí. En ocasiones soy lista y me paso, pero, se me da mejor hacerme la tonta, total, ya piensan que lo soy solo por quedarse con la imagen más superficial de mí. 

Una persona no se puede cansar de otra solo por el hecho de que la persona "cansante" haga un comentario (sin ánimo de ofender), sin que la persona "cansada" explique unos motivos. No es culpa de la persona "cansante" que la persona "cansada" sea más cerrada (emocionalmente) que una coquina fuera del mar. 

Por eso es mejor una buena disculpa a tiempo para no llegar a mayores.. Pero... ¿Acaso la persona ofendida se cree con derecho a ofender a la persona ofensora?... Es en ese momento cuando la razón que tiene uno mismo se pierde... Pero eso mucha gente no lo sabe. 

Ayudar nunca está de más, incluso se agradece esa ayuda que no sabemos pedir. Pero aún quedan personas con vendas en los ojos que se permiten el lujo de aparentar un estado de ánimo cuando todo está desolado (en ese saco me incluyo). La diferencia está en que hay gente que de alguna forma se siente agradecida, otras personas solo creen que le echan en cara todo cuanto han hecho por ellas, sin saber en el fondo que es solo un recordatorio y quizá una señal que indica que la otra persona necesita más ayuda aún que uno mismo.

En fin, solo queda decir que se puede estar de acuerdo o en contra, pero siempre con argumentos. Al fin y al cabo, para que nos rompan el corazón siempre hay tiempo. 

domingo, 6 de marzo de 2016

Muletas y decepciones: Mis necesidades.

Aún a día de hoy, con mis 25 años, no sé qué necesito, pero sé de sobra lo que NO.

No necesito que me controlen, que me manipulen, que estén pendientes de mí. Tampoco necesito pena, lástima o sobreprotección. Soy fuerte, sé por lo que he pasado y soy consciente que es el tiempo el que pone todo en su lugar. 

No necesito más amagos, tampoco que queden bien conmigo, no tengo por qué escuchar explicaciones que no he pedido. No necesito ni celos, ni envidias. Tampoco quiero estar pegada 24 horas hablando con una pantalla, ni que se convierta en obligación llamar por teléfono una vez al día. No necesito que me presionen o presionar. No está demás que se preocupen por ti de vez en cuando, no está de más que exista alguien que esté ahí tanto en las alegrías como en las tristezas, en los logros o en los fracasos. Que esté ahí como necesidad fisiológica y mental.

No necesito regalos de cumpleaños, aniversarios o fiestas navideñas, los mejores regalos son los momentos vividos, las sonrisas robadas. No necesito discutir, no necesito saber qué hace la gente sin mí... 

En ese momento necesitaba vomitar palabras, pero solo podía vomitar lágrimas. Necesitaba salir de ahí, huir como lo hago cada vez que puedo. Necesitaba escuchar un "todo irá bien", un "poco a poco" o un "a mí me pasa lo mismo contigo"... Necesitaba lo que estaba pasando mientras reinaba el silencio, pero que ese silencio significara la misma cosa para ambos. Necesitaba saber, necesitaba resolver dudas... Necesitaba estar cerca o estar muy lejos. Necesitaba que todo esto no hubiera pasado, o que hubiera pasado con  otras circunstancias dadas, para que todo saliera bien. Supongo que de momento no soy suficiente para alguien.

No necesito más preguntas porque, por H o por B, siempre tienen la misma respuesta.