Aún a día de hoy, con mis 25 años, no sé qué necesito, pero sé de sobra lo que NO.
No necesito que me controlen, que me manipulen, que estén pendientes de mí. Tampoco necesito pena, lástima o sobreprotección. Soy fuerte, sé por lo que he pasado y soy consciente que es el tiempo el que pone todo en su lugar.
No necesito más amagos, tampoco que queden bien conmigo, no tengo por qué escuchar explicaciones que no he pedido. No necesito ni celos, ni envidias. Tampoco quiero estar pegada 24 horas hablando con una pantalla, ni que se convierta en obligación llamar por teléfono una vez al día. No necesito que me presionen o presionar. No está demás que se preocupen por ti de vez en cuando, no está de más que exista alguien que esté ahí tanto en las alegrías como en las tristezas, en los logros o en los fracasos. Que esté ahí como necesidad fisiológica y mental.
No necesito regalos de cumpleaños, aniversarios o fiestas navideñas, los mejores regalos son los momentos vividos, las sonrisas robadas. No necesito discutir, no necesito saber qué hace la gente sin mí...
En ese momento necesitaba vomitar palabras, pero solo podía vomitar lágrimas. Necesitaba salir de ahí, huir como lo hago cada vez que puedo. Necesitaba escuchar un "todo irá bien", un "poco a poco" o un "a mí me pasa lo mismo contigo"... Necesitaba lo que estaba pasando mientras reinaba el silencio, pero que ese silencio significara la misma cosa para ambos. Necesitaba saber, necesitaba resolver dudas... Necesitaba estar cerca o estar muy lejos. Necesitaba que todo esto no hubiera pasado, o que hubiera pasado con otras circunstancias dadas, para que todo saliera bien. Supongo que de momento no soy suficiente para alguien.
No necesito más preguntas porque, por H o por B, siempre tienen la misma respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario